miércoles, 5 de septiembre de 2012

Tengo Miedo.....a las palomas ¡¡


“En la naturaleza existe el miedo, no el valor, que no es sino el miedo vencido”
 G.Nardone

Fobos, en la antigua Grecia, era la personificación del miedo: el hijo de Ares y Afrodita.
Años más tarde, ese término “mutó” y, hoy, “fobia” (…de aquel Fobos) es la palabra con la que se denomina un trastorno emocional caracterizado por el miedo intenso y desproporcionado hacia determinados objetos o situaciones concretas.
 “Un fobia es la consecuencia de un temor o sensación de pánico conciente individual que, como tal, puede expresarse de diversos modos. Existen tantas fobias como personas, pues  cada ser es potencialmente capaz de desarrollar un miedo a cualquier cosa en particular”.

 “Una vez que aceptamos nuestras debilidades, éstas dejan de hacernos daño” G.Nardone

Una mujer joven entró en mi estudio, mirando a su alrededor, como para controlar y tranquilizarse de la "ausencia" de algo y dijo que estaba afectada por el terror a las palomas. Explicó, como ejemplo, que para llegar a mi estudio, desde otra ciudad, había dejado el coche en un estacionamiento en el que, desgraciadamente, se había dado cuenta de la presencia de un gran grupo de palomas.
A causa de esto había huido del estacionamiento, llegando aquí jadeando y resollando. Su trastorno era tan grave que le impedía andar por las calles del casco antiguo sin que alguien se adelantase y le asegurara que no había palomas. Además, evitaba cuidadosamente los lugares en los que podía encontrarse con estos animales.
Después de haber indagado detalladamente la situación, le pedí a la señora que consiguiese toda la bibliografia disponible para estudiar a las palomas. Me contestó que tan sólo ver las fotografías ya le aterrorizaba; le comenté que tenía que empezar a estudiar las palomas científicamente en textos carentes de ilustraciones.
Como se suele suceder con estos pacientes, volvió soltando toda su erudición sobre el tema; añadió que, como había sido casi imposible encontrar libros o revistas sin ilustrar, había hecho un esfuerzo y había logrado estudiar los textos con las ilustraciones. Al principio había experimentado un gran miedo, pero luego había empezado a sentir curiosidad observando cuántos tipos de palomas existen

“Sólo quien ha tenido miedo puede ser valiente; lo demás es inconsciencia”  de G.Nardone
Como se pueden imaginar, aquella sesión me proporcionó un notable enriquecimiento en el campo zoológico, porque asistí como estudiante a sus lecciones sobre las palomas. Al final la felicité: "Bien, bien, bien...Me gustaría que profundizase aún más en el conocimiento de las palomas y continuara estudiando. Luego quisiera que hiciese un par de cositas para mi: la primera medir a qué distancia de una paloma usted empieza a tener miedo. Para hacer esto, visto que también usted vive en una ciudad histórica, vaya cada día al centro, y una vez que llegue a cualquier plaza famosa, en la que seguramente encontrará palomas, acérquese hasta que empiece a sentir miedo. Entonces se para. Quiero que haga este experimento todos los días, para medir su límite actual".
La tercera tarea fue la prescripción del ritual diario de la media hora de "peores fantasías".
A lo largo de la siguiente sesión, la paciente declaró que se había acercado mucho más de lo previsto a los objetos de su fobia. Para ella había sido un auténtico descubrimiento conseguir acercarse a unos pocos metros de ellas. Además, como es habitual, en el ritual diario el pánico se había transformado en relajación. Dijo también que, al mirarlas atentamente, las palomas le parecían más torpes y cómicas que amenazadoras. Como en casos descritos anteriormente, la joven había sido guiada gradualmente a aprender la técnica de "la peor fantasía" para bloquear o inhibir la sensación de pánico y, paralelamente, descubrir que sus limites en el acercamiento a las palomas se reducían; finalmente, que el miedo se transformaba, poco a poco, en curiosidad. Como sucede en la mayoría de los casos, en el trascurso de unas diez sesiones, también la señora aterrorizada por las palomas logró la completa superación de su miedo. La prueba concreta de todo esto fue el hecho de que durante la última sesión me trajo, como anexo para añadir a su historia clínica, una foto hecho en la plaza del Campo de Siena, en la que se le veía sentada en el borde de una gran fuente... con decenas de palomas a su alrededor.

“La lección más importante que puede aprender un hombre no es que en el mundo existe el miedo, sino que depende de nosotros sacarle provecho y que se nos ha concedido transformarlo en valor” R. Tagore.

 
 (De "No hay noche que no vea el día". Giorgio Nardone. Herder)


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