Una de las jaulas del hombre moderno está representada por el esfuerzo de encontrar soluciones nuevas y creativas a problemas hasta aquel momento no resueltos.
Este objetivo se persigue considerando racionalmente todas las posibilidades. Pero lamentablemente, como nos indica la mayoría de los estudios sobre la creatividad y sobre la capacidad de encontrar nuevas soluciones a problemas complicados, el esfuerzo de inventar bloquea la inventiva.
Crear, de hecho prevé la superación de los conocimientos dados o la apertura de nuevas perspectivas respecto a las realidades observadas. Todo esto requiere un "salto" como lo definen los estudiosos de la Teoría de las catástrofes( Thom 1990) que conducen a la mente más allá de sus limites de intuición y razonamiento.
Desde la antigüedad observamos el recurso de la estrategia de orientar el pensamiento en la dirección contraria a la deseada a fin de que la mente pueda abrir nuevos escenarios en el sentido opuesto. Se trata de obligarse a complicar el problema a resolver o de empeorar la situación que queremos mejorar, analizando concretamente todas las posibilidades en tal dirección. Antes que nada hay que identificar las cosas que hay que evitar y ésta es de entrada una importante forma de conocimiento. Pero en el momento en el cual despejo el campo de las posibilidades contraproducentes, lo abro a las constructivas, conduciendo mi mente a percibir la misma realidad desde nuevas perspectivas.
En otros términos, a través de un recorrido indirecto abro nuevos recorridos, imposibles de conquistar directamente.
Por otra parte esta estrategia esté en la base de muchas de las invenciones humanas. Desde Arquímedes a Leonardo y hasta Edison, los informes de los genios de las invenciones nos cuentan cómo habían imaginado con frecuencia cómo torcer más una cosa para aprender a enderezarla.
Edison, por ejemplo, durante una entrevista en la cual exponía cómo llegó a la invención del foco, respondió al periodista que provocativamente le hacía notar que había fallado en cerca de dos mil intentos antes de lograr el éxito. "Se equivoca: he tenido dos mil éxitos en descubrir cómo fallar en mi intento para después lograr realizarlo".
En el arte de la persuasión la estrategia se expresa en forzar a nuestro interlocutor en la dirección opuesta a la deseada, para hacer así que él, oponiéndose, termine por asumir , como posición autónoma en contraste con nuestra argumentación, aquella que nosotros deseamos.
Imaginemos a un cónyuge obsesivamente celoso que indaga continuamente sobre lo que hacemos y nos acusa de ser infieles. De nada valen nuestras explicaciones para reasegurarlo, mientras, es perfectamente eficaz forzar sus pensamientos en la dirección opuesta. En la práctica, aceptar sonriendo las acusaciones y proponer una serie de imágenes de encuentros diarios con otra persona, presentándolas particularmente picantes. Su pareja para evitar involucrarse en esta situación interrumpirá sus fastidiosas inquisiciones.
Pensemos en un resorte: extenderlo conduce a la reacción contraria, tan es así que tenderá a contraerse rápidamente. Por otra parte, el principio físico de "acción y reacción" descubierto y utilizado por la ciencia sólo en el último siglo, es desde siempre la natural expresión de la estrategia " Hacer enderezar una cosa torciéndola más"
Estudia las palabras a partir de las cosas, no las cosas a partir de las palabras. | Platón |
De "Cabalgar el propio Tigre" Giorgio Nardone, RBA libros, 2009.
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